LIBRO "AMORES HIPÓCRITAS - VERSOS DEL CAUTIVERIO"

"El riesgo inminente de morir en cualquier momento generó altos niveles de angustia. Después de sentirse
al borde de la muerte, les costaba encontrar palabras para comunicar esa experiencia límite. Ese desencuentro entre las palabras y las emociones dificultaba comunicar lo vivido, no obstante la voluntad de dejar constancia; pero era precisamente en ese desencuentro donde se acentuaba la naturaleza traumática de la tortura.”
(Informe Comisión Nacional de Prisión Política y Tortura)
“Y no hallé cosa en qué poner los ojos,
que no fuese recuerdo de la muerte".
(Francisco de Quevedo-Villegas)
DEDICATORIA
A los miles de caídos en prisiones, en campos de concentraciones y en falsas o verídicas fugas o enfrentamientos.
A los desaparecidos y a los que agonizan mientras aguardan el cuerpo añorado.
A mi familia, padre, madre, hermanos, hijas y compañera, por la dignidad.
A quien sea capaz de aportar una lágrima o una sonrisa al caudal de vida para tanto sobreviviente.
A Carlos Alberto Trujillo, Jorge Spíndola y Zachary Hayes, por el apoyo.

Se me vienen con urgencia el olfato, la audición. El tacto
se vuelve hermoso.
Mis sentidos -agudos como dedos que rozan lo prohibido-
detectan lo invisible.
“Me agarra muy suavemente”[i], canta Radio San Sebastián[ii]
mientras los adoquines tabletean mis huesos.
Ponen reversa, suben la cortina metálica, pasamos y la bajan.
Se oscurece silente la claridad.
Desciendo paso a paso.
Un, dos…,
me desplazo atento al golpe aleve.
Tres, cuatro…,
temo caer de bruces, sin manos.
Cinco, seis...
unos metros…
PUERTA A MI MEMORIA
Con el portazo a tus espaldas
un mundo se abre
y otro se cierra,
cada vez.
A partir de entonces
agonizas
o mueres,
cada vez.
Las llaves son del tiempo,
esta vez.

ESPEJO DE LAS VOCES
Un ojo se me incrustó por años en la pared.
Le hace un guiño
al reencuentro de mi lágrima contenida.
Cada barrote oxidado, cada tabla barnizada
con sangre indefensa, huelen a mí.
Me veo allí,
enfrente
hablándome de dolores, olores, susurros.
Me hablo al oído. Huelo a tabaco ácido y a menta:
la acompasada goma Freshen-Up y el convulsivo Hilton
susurran el aire.
“-¿Cómo tú… si tu padre… Qué te pasó, cabro?…”, me digo al oído,
palmoteo mi espalda y me voy.

PESADILLA…
Me hala del brazo,
subimos cada peldaño
dejando la
lla:
di
sa
pe
“Para subir al cielo, se necesita,
una escalera grande y otra chiquita”[i].
Subo, trato de otear entre vendajes
(desespera no ver la forma de la muerte).
Sólo cuento, huelo…
escucho el silencio…
(retumban nuestros propios pasos
como sonidos ajenos).
Me enfrenta
uno a uno con mis cómplices,
ahorcados por la historia
(perdón, por la histeria),
en la pared: Lenin, MaoTseTung, Ho Chi Minh, Marx, Engels.
- “¡Suficiente!”, dice y me ciega.
Vuelvo abajo del brazo
a la
pe
sa
di
lla,
pensando
- “La ausencia del Che, me fue providencial”
[i] Versos (modificados por el poeta, para efectos de musicalidad y ritmo) de “La Bamba”, canción popular, tradicional de Veracruz, México, autor anónimo.
LOS SENTIDOS
Hay cosas que no les enseñan
en la Escuela de las Américas.
Jamás imaginó que pudiera ver
cegándome los ojos.
Nunca creyó que pudiera recordar
formas,
posiciones, orientaciones
matando mi memoria visual.
Los ojos, ayer enceguecidos,
guían mis recuerdos.
El único olvido
que tengo es cuando abandono la fosa
de la ceguera
y
veo barrotes, puertas, candados
enormes como la muerte.
FRÍO OTOÑAL
Un intenso y delgado aroma percán
se me aloja como ácaro,
con un picor añoso
en la memoria.
Mis breves momentos demandan pericia:
a ciegas, a tientas, sin ensayo previo
(- “no vayas a orinar el piso”, advierte).
Evacuo hasta la sequedad que me queda,
busco saciar el futuro
en una brevedad interrumpida
por mi espalda punzada …
… el frío me cala los huesos
y recién me muestra su trizadura
al sentarme en la silla
nuevamente.
LÍMITES
Nada sale de aquí.
Todo entra.
Cada hierro impide el vuelo de los sueños.
Me apresan como al pasto húmedo mi nariz.
Entran campanas al viento:
- de colegios (donde se enseña a amar),
- de iglesias (donde los sacrificios resultan inciertos).
Entran jóvenes jugando, gritando.
Vociferan inocencia,
en cada recreo,
del otro lado
donde les prohíben
escuchar, mirar
más allá de sus límites
invisibles… pero ciertos.
GEOGRAFÍA
Manos atadas a la espalda
hinchiendo el pecho como ofrenda.
Pies atados, tobillos juntos
y una soga larga como nuestra geografía.
Cabizbajo, haciendo norte nuestro sur.
No ves, no sabes pero presientes,
(se huele aire acuoso).
Izado como emblema nacional,
no flameas.
Desciendes. Se congelan las esperanzas,
atrapas pocos sueños
sientes espasmos mientras los puñales
mojan, mojan
y vuelven a mojar
hasta punzar agudamente los huesos.
Zumban los oídos.
Se interrumpe
una y otra vez,
la eternidad.
Borboteas aire mientras yaces
congelado,
hecho trizas,
como nuestra geografía.
PÁJARO CARPINTERO
El picoteo del pájaro carpintero
recuerda al martín pescador,
zambulléndose,
para atrapar la verdad.
“Vuestros nombres valientes soldados”[i] lo saben bien:
cada gota,
sobre la rígida cabeza
enfría, congela, pesa,
con el ritmo regular
de las marchas prusianas,
cada 19 de septiembre.
Taladra y taladra.
El cuello cede
y la ahuecada cabeza,
se inclina
recordándome a Jesucristo,
en la cruz,
mirando desde lo alto
al miserable.
[i] Verso de la tercera estrofa del Himno Nacional de Chile (sólo el coro y la quinta estrofa han sido oficialmente cantados, excepto esta estrofa durante la dictadura cívico-militar encabezada por Pinochet), Eusebio Lillo.
ESTILETE
Junto al fogón
la música destila
gotas de agua
detrás de los cristales,
en este sur;
pero
el plácido silencio entre las notas
se triza
cuando el estilete
dobla la cabeza inmóvil
del prisionero,
como si demandara aplausos
por la gesta
del cobarde.
CAMPANA
¿Qué sentirá al verme
vendado,
con cadenas,
curvado sobre la mesita escolar
que algún día,
algún joven
usó para intentar elvuelo?
Resisto sus enseñanzas,
sus métodos,
sus técnicas educativas.
Lo sabe
y se molesta
y juega con penitencias.
Suena la campana
(el recreo
no es para mí).
HUELLAS
Ahí están
las costras de la historia
doblándole la mano a la amnesia.
¿Brotará más sangre, lágrimas ausentes,
si rascamos al madero herido?
¿Desaparecerá tu vergüenza si lavamos tus huellas
valiente soldado“que habéis sido de Chile el sostén”[i]?
¿Dirá quién fue la víctima, quién el victimario, si buscamos el ADN?
…Y en Valdivia llueve y llueve
y por más que llueva
nada
nadie
borrará
la huella indeleble de lavida,
porque manó de las entrañas,
del corazón, de los pulmones
de las manos, del pensamiento
que no pudieronarrebatar
ni a borbotones.
[i] Verso de la misma estrofa del Himno Nacional de Chile.
MOSTO
La cepa ya no retiene ni los silencios
y escupe un mosto tinto.
Dibuja un rostro,
Petrifica un rastro de auxilio,
exigiendo respeto.
Macera una pena
enorme
por el victimario
hasta
amargar los sorbos de este trago.
ACOMODOS
Casi con desparpajo
podría decir
que estoy erguido
erectus,
incólume.
Podría decir
que,
a la derrota,
sobrevino un camino diferente,
un camino de acomodos que incomoda.
La moda,con sus modos alucinantes,
espejos que embelesan a tantos
parecidos a mí.
AMORES HIPÓCRITAS
Murió el amor.
Nos miramos en la desconfianza,
crecimos en las sospechas,
los prejuicios,
las traiciones.
Aunque
los derrotados
creamos el“nunca más”,
bastará
meter un dedo
en la llaga delahistoria
y las garras
y los odios
y las miserias
de los vencedores
reaparecerán.
Y serás la próxima experiencia
en este país
de amores hipócritas.
“Los recintos de detención de la CNI continuaron secretos hasta el 14 de junio de 1984, fecha enque se publicó en el Diario Oficial el decreto supremo que autorizaba a ese servicio detener personas en los inmuebles señalados”
(Informe Comisión Nacional de Prisión Política y Tortura)